El Cuarteto de Nos en el Movistar Arena

El grupo uruguayo de rock El Cuarteto de Nos ofrendó la noche del jueves un explosivo y energético recital con el que colmó la capacidad del estadio porteño Movistar Arena en la mitad del tour argentino de presentación de su más reciente disco “Lámina Once”, ratificando además el carácter que lo distingue dentro de la escena del género.

Frente a una juvenil marea humana -ya que esta vez el reducto del barrio de Villa Crespo quitó las sillas de ese sector- y desparramando una potencia que se esparció por todo el lugar, la banda nacida en 1980 en Montevideo regaló un espectáculo nutritivo capaz de devolverle al rock el gesto contracultural que es parte de su diverso ADN.

Sólo así se explica que la multitud haya gritado y saltado con estrofas como “Trabajando duro, ganando el dinero/Y comprar lo que no sé si necesito pero quiero/Y cada mañana siempre me pregunto/ ¿Por qué el despertador quiere gritarme?/¡Dale! ¡Marioneta!/¡Son las siete! ¡Levantate!”, del tema “Marioneta” que promedió la incendiaria velada.

Pero, además, El Cuarteto de Nos arropó con sonidos potentes y pegadizos que en directo subrayaron sus atributos rítmicos todo un repertorio que logró combinar la crítica, el humor y una serie de preguntas existenciales despachadas en medio de situaciones mundanas.

Sin la pretensión de regalar una suerte de “filosofía para principiantes” pero sí planteando un discurso interpelador y rabioso, el conjunto que en esta gira apela a seis músicos en escena combinó eficazmente los ingredientes para que la fiesta no suspendiera el pensamiento, algo que en el show business actual se asemeja a un milagro.

“La entrada del menú fue un flan y para el cierre por ahí vamos con un bife de chorizo con canelones. Algo de eso. Se trata de disfrutar. Vamo’ arriba”, postuló Roberto Musso, cantante y letrista de la banda, cuando habían pasado 20 minutos de concierto y el estadio hervía con la seguidilla sin respiros de “Flan”, “El hijo de Hernández”, “Ya no sé que hacer conmigo” y “Lo malo de ser bueno”.

Sobre un dispositivo escénico que acotó el imponente tablado y acercó a los integrantes del combo (Álvaro Pintos en batería, Santiago Tavella en bajo, Santiago Marrero en teclados y programaciones, Gustavo Antuña en guitarra y el agregado de Luis Angelero, también en guitarra), la propuesta mostró un concepto visual acorde con la paleta estética planteada en el repertorio.

Gozando de un reconocimiento masivo inédito en su trayectoria, la agrupación apeló nuevamente para su puesta en vivo a escogidas gemas de su vasta obra y allí adosó buena parte del cancionero de “Lámina Once”, su disco más actual.

Además del “Flan” de apertura, la inserción de “Frankenstein Posmo”, “Fiesta en lo del Dr. Hermes”, “Maldito Show”, “Cinturón gris” y “Rorschach” (que el vocalista asumió metido en una suerte de cárcel luminosa) dialogó perfectamente con la nómina de canciones confeccionada a partir del protagonismo de álbumes anteriores como “Jueves” (2019), “Porfiado” (2012), “Bipolar” (2009) y “Raro” (2006).

De ese arsenal de temas de una gran consistencia sonora e ideológica, destacaron las versiones al cuello de “Contrapunto para Humano y Computadora”, una milonga payada y electrificada donde Musso y un ordenador se cuestionan hondamente y ese himno de la paternidad y la madurez que es “No llora” (de la también estupenda placa “Habla tu espejo”, de 2014).

Foto Vctor Carreira

El espíritu de la convocatoria –capaz del frenesí, la incomodidad, el cuestionamiento y la fiesta- permitió que al momento de presentar a sus compañeros Musso pusiera a bailar al bajista Tavella para reflexionar “la gente en mi pueblo pregunta si esto horrible o es vanguardia” y sobre el incorporado Angelero acotara: “Luis estaba entre entrar a ‘Gran Hermano’ o venir al Cuarteto y eligió la peor opción”.

El notable espectáculo con más de una veintena de canciones tuvo otros grandes pasajes con “Cuando sea grande”, “Me amo” (del disco “Contramambo”, de 2001) y “Hombre con alas”, llegando hacia un cierre que en los bises incluyó nombres propios con “Buen día Benito” y “Yendo a la casa de Damián”.

El recorrido argentino de “Lámina Once” ya pasó por Tucumán, Córdoba y Rosario y aún le quedan funciones previstas para la noche de este viernes en la disco marplatense GAP, el sábado 5 en Teatro Don Bosco de Bahía Blanca y el domingo 6 en Mood Live de Neuquén.