Los Cien años de Insulina, Cien años de Vida.
Por Dra. María Gloria Montagna de De Freijo, Mat. Nac. 39.549 / Mat. Prov. 675 (Médica Pediatra-Diabetes Infantojuvenil).
Muchas veces la normalidad con que nos llega todo, no nos hace pensar en todo el proceso que pasaron, o la evolución a la que debieron arribar, para estar disponible.
La insulina no fue la excepción, se hicieron muchas pruebas y estudios antes de lograr el objetivo. Es por ello, que debemos ser muy agradecidos con quienes dedicaron gran parte de su vida a investigar y perfeccionar esa idea de mejorar la salud de pacientes diabéticos y transformarla en una realidad para las generaciones venideras.
Con una breve reseña histórica, intentaré llevarlos a la reflexión sobre la importancia de la creación de la insulina para pacientes diabéticos.
La introducción de la insulina en el tratamiento de la Diabetes es de tal importancia, que lo ha dividido en dos eras : pre-insulínica y post-insulínica.
La llegada de la insulina varió el pronóstico de la diabetes, disminuyendo las complicaciones agudas al lograr la reversibilidad de situaciones críticas de acidosis y coma, permitiendo las cirugías, los embarazos y mejoró el pronóstico de las infecciones.
En los pacientes con Diabetes Tipo 1 se logró la “sobrevida”, y la ausencia o retraso en la aparición de complicaciones crónicas hasta edades avanzadas. En la era pre-insulínica se trataban con dietas muy restrictivas que los llevaba a la muerte por desnutrición grave, al cabo de un año.
A nivel de Salud Pública significó importantes cambios para abastecer y asegurar la provisión permanente de insulina, incluso en situaciones de emergencia, regulando su producción y comercialización, acompañando las actividades de investigación y educación diabetológica.
Desde principios del siglo XX la experimentación científica en animales, y especialmente en perros, comprobó que los extractos pancreáticos podían tratar la hiperglucemia ó azúcares elevados en la sangre.
En 1921, en la Cátedra de Fisiología del Prof. John J. R. MacLeod de Toronto – Canadá, el Dr. Frederick Grant Banting y el estudiante Charles Best, obtuvieron de los citados extractos, un producto que llamaron ISLETINA, en referencia a los islotes de Langerhans del páncreas, de acción hipoglucemiante (que descendía los valores de azúcar en sangre), y sin efectos tóxicos. Luego, le agregaron Zinc y otros metales, logrando la formación de cristales solubles, pasando a llamarse INSULINA, cuyo tiempo de acción era muy corto, de 6 horas.
En 1922, fue aplicada al primer paciente, un adolescente de 14 años de edad, de nombre Leonard Thompson.
La segunda paciente fue una científica que viajó desde Dinamarca para tratarse con esta novedosa medicación, y al regresar a su país, inició en base a su experiencia personal y conocimientos, la investigación sobre insulinas, que con el tiempo alcanzó un extraordinario desarrollo en este país europeo.
En 1923, en la Argentina, el Dr. Pedro Escudero, uno de los pioneros de la Nutrición en nuestro país, aplica por primera vez, insulina en el antiguo Hospital de Clínicas de Buenos Aires, en una mujer anciana con descompensación diabética, logrando su exitosa recuperación. Nada menos que el Dr. Bernardo Houssay, y su colaborador el Dr. Lewis le proveyeron la insulina desde el centro de investigación en Diabetes y Metabolismo de los azúcares. En la actualidad existe una placa recordatoria de este importante hecho científico, en la plaza Houssay donde se encontraba el edificio del viejo Hospital de Clínicas de la Ciudad de Buenos Aires.
En 1923, Banting y MacLeod reciben el Premio Nobel de Fisiología y Medicina por este descubrimiento; ambos lo comparten con sus colaboradores Best y Collip. Banting fue el científico más joven de 32 años, que recibe tal distinción.
En 1936, en Copenhage-Dinamarca, Hagedorn combina una sustancia proteica, extraída del esperma de los peces llamada Protamina, a la insulina regular, que se conocía, y crea una nueva insulina llamada Insulina Zinc Protamina, con una acción de más de 24 horas, que se usaba una sola vez por día.
En 1946, también en Dinamarca, Krayenbüly y Rosemberg elaboran, la hasta ahora en uso y famosa- insulina NPH-Insulina Neutra Protamina Hagedorn, de acción intermedia, que se indica dos a tres veces por día.
Otros investigadores en Dinamarca obtuvieron las Insulinas Ultralentas, que son suspensiones de insulina regular con Zinc, sin ninguna proteína agregada, de larga duración, que se usaban una vez por día.
Todas estas insulinas se aplicaban en forma inyectable y subcutánea , indicándose algunas combinaciones de las mismas; todas se obtenían y purificaban de páncreas de origen bovino y porcino.
En la década de los años 1940, Sanger descubre la fórmula química de la insulina, desde allí comienza un largo camino, de sucesivas síntesis de la misma por biotecnología, que logró el desarrollo de las nuevas generaciones de insulina actuales, abandonando el uso de las de origen animal, a principios de 1990.
Las siguientes curvas nos muestran los distintos tipos de las modernas insulinas y sus tiempos de acción:
Por todo lo mencionado, es que debemos destacar que el descubrimiento de la insulina ha sido un milagro médico real, debiendo reconocer el intenso, dedicado y exhaustivo trabajo científico realizado por las distintas escuelas de medicina sobre la terapéutica de la Diabetes Mellitus.