Nueva edición de la feria de arte contemporáneo arteBA
Con todas las miradas puestas en los dibujos y obras del músico Charly García, en su primera muestra como pintor -uno de ellos fue adquirido incluso por la artista Marta Minujín-, en el stand de galería Popa, y con algunos hallazgos imperdibles como la figura del Che Guevara retratada por Antonio Berni, o el negativo más largo del mundo, obra de Esteban Pastorino, abrió este jueves sus puertas a coleccionistas una nueva edición de la feria de arte contemporáneo arteBA, con nueva sede en el Centro Costa Salguero, donde se desarrollará a todo público desde este viernes y hasta el domingo.
Hay que caminar por Salguero bien hacia el fondo para llegar a la puerta de entrada de la feria, los carteles señalizadores en colores flúor rosa y verde ayudan a no perder el rumbo hasta arribar a destino. Hay una vista privilegiada y casi rara a esa altura del Río de la Plata si uno se para por un momento de espaldas a la puerta de acceso a la tradicional feria que encontró aquí su locación debut.
Ya desde la tarde se ven largas filas para acceder a este encuentro imperdible de la agenda cultural porteña, tres días a puro arte que en esta edición, en esa sede mucho más amplia, invita a un recorrido por obras de 400 artistas, stands dispuestos casi como escenificaciones o puestas teatrales, diálogos o guiños entre las creaciones y una inmensa variedad de pinturas y dibujos, tal vez un formato al que invitó especialmente la pandemia.
“Las obras de Charly García se vendieron enseguida. Y atraen un montón, entonces también se están vendiendo los otros artistas”, cuenta a Télam el director de galería Popa, Marcelo Bosco, sobre su stand que participa en el sector Utopía de la feria, las obras del icónico músico, que se presenta con su nombre completo, Carlos Alberto García Moreno, junto a creadores como Atilio Pernisco, Mariano Cinat, Felix D´eon, Víctor Castillo, Emmanuel Alfonso y Héctor Meana.
“Las obras de Charly arrancan en los 600 dólares. Había de 300 pero esas ya se vendieron. Hace un rato vino Marta Minujín y compró uno de los dibujos. Al coleccionista les gusta Charly porque tiene mucho que ver con el arte, es un arte divertido, tiene humor, collage, es trash”, detalla Bosco.
Algunos de los dibujos del ex Serú Girán hacen referencia por ejemplo a su famosísimo salto dede el balcón de un hotel: la imagen de si mismo con marcador negro y algo de acuarela roja propone alternativas a esa arriesgado gesto, como por ejemplo “acierto más o menos y me quiebro” o “quedo convertido en unicelular”. Son hojas blancas, lisas, muchas de ellas de estilo A4, intervenidas a veces de manera espontánea, algunas enmarcadas y otras no.
La sección Utopía es probablemente una de las más teatrales de los pabellones que componen la feria, o de mayores escenificaciones, especialmente si se observa el espacio para el programa de perfomances curado por Charly Herrera, o la sección de Videos, a cargo de Lolo y Lauti. Hay, por ejemplo, imágenes de emojis, escarabajos, dólares y vírgenes en la galería Fuga, de la provincia de Santa Fe.
El espacio es amplio y cómodo de recorrer. Una novedad este año tiene que ver, además de las típicas cafeterías, con los “catering móvil”, carritos con ruedas que se desplazan por el lugar donde varios aprovechan para adquirir focaccia, por 800 pesos, una ensalada también por 800, un agua por 400 o una copa de vino por 700 pesos.
Una inmensa escultura de Candelaria Traverso da la bienvenida en el hall del predio. Puertas adentro, vale la pena detenerse en los Antonio Berni exquisitos de la galería Sur. Aunque una llamativa representación del Che Guevara muerto, retratado por este famoso artista rosarino del Realismo Social, se puede ver en la galería Cosmocosa. Una pieza de 1968 que no se exhibía hacía 20 años.
Son varios los que se detienen a ver en el stand de galería Barro los cuadros del colectivo Mondongo -que integran Juliana Laffite y Manuel Mendanha-, estudios para un paisaje del año 2012 y una serie “Roja”, en homenaje al famoso cuento de Charles Perrault. Lo mismo sucede frente a las creaciones de la artista Agustina Woodgate, que en sus trabajos suele lijar billetes reales para cuestionar el valor que asignamos a los billetes y a las monedas en general.
Hay puntos rojos que implican “ya vendido” sobre varias obras ubicadas sobre las paredes blancas -las panelerías- que organizan cada stand, como sucede con las miniaturas de Pablo Insaurralde. Lo mismo pasa junto a las pinturas sobre tarjetas SUBE de Pablo Rosales.
La obra de Tomás Saraceno en el stand de galería Benzacar -el primero que se ve apenas cruzar el hall de acceso a la feria- provoca bellísimos reflejos de colores sobre las paredes del cubo blanco que la contiene, estructuras de acero inoxidable con formas de nubes, o burbujas, o todo eso a la vez, cuyos paneles iridiscentes -como de vidrio- hacen su magia sobre las paredes reflejando tonalidades verde agua, rosa pálido o el violeta. Allí en ese mismo stand se ve una pintura circular -un tondo- inmenso del pintor Rómulo Macció, por el que varios coleccionistas se acercan a preguntar.
Como parte del Programa de Adquisiciones de Museos se concretaron varias compras que van a pasar al patrimonio de los museos locales, como el Castagnino+macro que adquirió “Persona”, de Liv Schulman; el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, que compró obra de Guido Yannitto; el de Arte Contemporáneo de Salta con obra de Alejandro Pasquale; el Moderno de Buenos Aires (Valentina Lienur ) o el Museo Provincial de Bellas Artes Dr. Juan R. Vidal de San Juan, que se llevó un “Boceto para el obrero muerto” de Antonio Berni, en la galería Sur (Montevideo).
También estuvieron comprando en este primer día el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson de San Juan (obras de Melé Bruniard y Aníbal Brizuela), Marco de La Boca (Dani Basso), el Malba (tres obras de Claudia del Río y Edgardo Antonio Vigo) y la Fundación Klemm (Mónica Heller y Santiago García Sáenz). En el plano internacional, el Museo de Arte de Dallas se llevó obras del tucumano Gabriel Chaile.
La galería Pabellón 4 también dijo presente en esta edición de la feria con obras de Dino Bruzzone, Paula Otegui, Jimena Fuertes -que viene de exhibir su “Sueño líquido” en el museo Fortabat-, Perla Benbeniste y Paul Sende.
“El stand articula la obra de cinco artistas de nuestro staff que buscan a través de la experimentación los recursos para la creación de sus obras. Es una transición donde la obra de arte y el artista dejan de preguntarse qué se puede hacer, para investigar en ‘qué se puede hacer con’. A partir de esto indagan en nuevos medios, formas de mirar y diferentes poéticas a la hora de crear una obra”, cuenta su galerista Néstor Zonana.
Así, Paula Otegui superpone patrones figurativos, abstractos, geométricos, manchas, creando una trama visual compleja, para lo cual echa mano a toda una serie de recursos plásticos contenidos por una composición estricta.
“Algunas personas no le tenían tanta fe a este espacio pero a todos les encantó. Ojalá que el año que viene podamos repetir. Es un esfuerzo muy grande una vez que encontrás el lugar que te gusta”, confía Eduardo Mallea, vicepresidente de Fundación arteBA, atento a algunos comentarios que señalaban la “lejanía” de la nueva sede que recibió numerosos elogios por parte de los visitantes. Y que, efectivamente, es más cómoda a la hora de recorrer.
“Tenemos muy buenas expectativas”, añadió el coleccionista que, adelantó, también planea comprar obras en la feria.
ArteBA se lleva a cabo del 7 al 9 de octubre, de 12 a 20, en el Centro Costa Salguero, Buenos Aires (pabellones 1, 2, 3 y 4), de avenida Costanera Rafael Obligado 1221 (CABA). Las entradas están disponibles en www.arteba.org. General: 1000 pesos; jubilados y estudiantes: 500; menores de 10 años sin cargo.