Mientra que a Bolsonaro no le interesa el pueblo, éste último pierde sus trabajos.

Unos 19 millones de brasileños se quedaron sin trabajo y la mitad no tuvo ingresos durante mayo.

Unos 19 millones de brasileños se quedaron temporalmente sin trabajo en mayo y la mitad no tuvo ningún ingreso durante ese mes mientras regían medidas de distanciamiento social implementadas para frenar el avance de la pandemia de coronavirus, informó hoy el gobierno.

Los datos recopilados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE) para identificar los efectos de la pandemia en el mercado laboral brasileño arrojaron que casi un cuarto (22,5%) de los 84,4 millones de brasileños que cuentan con un empleo o una ocupación permaneció en su casa en mayo debido al confinamiento.

Actualmente, Brasil es el segundo país del mundo, después de Estados Unidos, con más contagios (1,15 millones) de Covid-19 y muertes (52.645), según datos de la universidad Johns Hopkins; no obstante, la Organización Mundial de la Salud advirtió sobre una posible subnotificación de casos y que podría haber hasta 10 veces más que los reportados.

El amplio sondeo del organismo oficial de estadísticas, que replicó la agencia de noticias EFE, informó que de los 19 millones de brasileños desocupados, 33,3% se desempeñaba como empleado doméstico pero sin contrato formal, 29,8% trabajaba para el sector público pero sin contrato y 22,9% estaba vinculado informalmente a alguna empresa privada.

Además, el estudio reveló que 9,7 millones de los 19 millones no obtuvo ningún ingreso durante mayo y que 75,4 millones de brasileños con edad de trabajar no estaban ocupados ni buscando empleo.

En total, sumadas las personas desempleadas con las que no buscaron trabajo en mayo pero les gustaría trabajar, el número de desempleados efectivos en Brasil asciende a 36,4 millones.

El índice de desempleo cobra otra dimensión en las favelas, donde una de cada tres familias perdió todo su ingreso y cerca de la mitad vio reducirse su salario a la mitad durante la cuarentena, según datos del Instituto Locomotiva que, junto a la Central Única Das Favelas, realizó una encuesta a 3.321 habitantes de 239 favelas.

El estudio desarrollado entre el 16 y 22 de junio y que según el instituto tiene un margen de error de dos puntos porcentuales, arrojó que 35% de las familias consultadas perdió todo su ingreso, mientras que a un 45% se le redujo a la mitad: 80% de las familias sobrevive con menos de la mitad de lo que tenía antes de la pandemia o perdió todo su salario.

Esa baja en el sustento económico responde a que la gran mayoría de los 13,6 millones de brasileños que viven en barrios carenciados trabaja en la informalidad -por cuenta propia y trabajos precarios- o está desempleado.

En ese contexto y más allá de que nueve de cada 10 habitantes recibió algún tipo de ayuda para sobrevivir durante la pandemia, principalmente donaciones de alimentos, uno de cada tres responsables de familia (29%) afirmó que debe salir a salir a buscar trabajo todos los días. Como consecuencia, de los 3.321 habitantes consultados de los barrios carenciados, un 72% afirmó que no cumple con las medidas preventivas.

Mientras que el 31% de los brasileños en general tiene un empleo formal, el número desciende al 17% entre quienes viven en favelas; en tanto, el desempleo afecta al 9% de los brasileños, pero esa variable aumenta a 20% si se mide en barrios carenciados.

Pese a que el estudio de IBGE mostró que el 38,7 % de las familias brasileñas recibió en mayo algún tipo de ayuda financiera relacionada a la pandemia y que la principal fue el subsidio estatal de 600 reales (unos 120 dólares) que entrega a 60 millones de desempleados, informales y personas de escasos recursos, el sondeo del Instituto Locomotiva informó que un 41% de los solicitantes que viven en favelas fue rechazado.

Esto se suma a que los gastos de la mayoría de las familias aumentaron tras el cierre de escuelas, como medida para evitar el contagio del Covid-19, y a las dificultades de rebuscarse el sustento y atender a los menores.