Fabián Vena protagoniza la inteligente y atractiva comedia “Cenizas al mar”
Fabián Vena es uno de los protagonistas de la inteligente y atractiva comedia romántica “Cenizas al mar” que se estrenó este jueves y que sin traicionar ninguna de las reglas del género le da varias vueltas de tuerca para abrirle el paso a un filme que a veces transita por el absurdo y otras por lo “lisérgico” y sabe enhebrar temas como los viejos amores, la identidad y los compromisos del corazón sin perder el humor y espantando la solemnidad.
La película, dirigida por Diego Musiak, fue rodada en paradisíacas locaciones de la Costa Atlántica bonaerense cercanas a Mar del Plata en noviembre de 2021 (toda la película transcurre en un hotel a orillas del mar adonde el personaje de Vena llega para tirar las cenizas de su padre recientemente fallecido) y el elenco protagónico está compuesto por el actor que se dio a conocer en televisión con “Socorro, quinto año” y “La banda del Golden Rocket” junto con una estupenda María Ucedo y ajustadas Cumelén Sanz y Sonia Zavaleta.
“Arranqué este proyecto porque me gustó mucho el guion, si bien no fue exactamente lo que quedó porque Diego (Musiak) confió mucho y habilitó nuestra participación a la hora del rodaje, lo que se dice, más allá de las situaciones que entran dentro de una comedia romántica negra, es muy sabroso”, cuenta Vena en charla con Télam.
“En el producto final -agrega- quedó un filme muy noble, chico por lo independiente y sin necesidad de generar efectos, muy honesto, muy bello, que termina hablando de sentimientos que nos recorren constantemente: cómo vivir, cómo relacionarnos en los vínculos, cómo es la muerte, en un viaje cinematográfico que combina una imagen bella, una banda de sonido espectacular, actuaciones honestas y situaciones humorísticas”.
Télam: Es una película donde como en toda buena comedia el tono de la actuación se vuelve central.
Fabián Vena: Sí, la actuación es central y fue central la claridad del director de involucrarnos a todos los del elenco en un tono de actuación en donde no hay un plano ni un texto que no fuera realmente emocional y verdadero. Mantener ese tono le da a la película una construcción de climas, que más que entrar por la cabeza te entra por el corazón; además, en el discurso aparece un ida y vuelta interesante, intelectual y filosófico pero al ser relaciones vinculares tan profundas como un amor, una pareja, padres e hijos, no puede haber rasgos ni de efectos ni de mentiras. Creo que la película evita eso y termina siendo un producto hecho por muchas áreas muy bien combinadas y potenciadas, ensambladas e ideadas por el director.
T.: También sale del naturalismo.
F.V.: La película trabaja dentro de una estructura dramática y ahí se suceden algunas “trampas” que recién sobre el final empezás a entender cosas que estuvieron pasando, que llegaste a comprender pero no en el plano consciente, en ese sentido tiene algo mágico, hasta coletazos lisérgicos que parece que cambian la lógica del relato y sin embargo todo cierra a medida que la narración se desarrolla.
T.: Y con la inteligencia de no caer nunca en el cliché, que es algo a lo que estamos muy habituados en las comedias románticas y que muy pocas esquivan.
F.V.: A veces parecería que los géneros están instalados y no existiese la posibilidad de las rendijas, podemos decir que “Cenizas al mar” es una comedia emocional, es curioso porque también podría entrar el género de un romanticismo filosófico o de la filosofía del amor y, sin embargo, románticas hay y películas discursivas también; ¿pueden combinarse? Esta película lo intenta con un director que decide desechar los clichés de lo impuesto.
-¿Cómo escaparon de la habitual repetición?
F.V.: Lo importante es cuál es el punto de vista de la propuesta de dirección y de lo conceptual, porque está muy claro que en esta película no se traiciona nada de lo que podría ser un género consolidado y sin embargo abre una manera distinta de hablar sobre temas muy transitados. El arte es siempre creación de cosas únicas y está obligado a no copiar formatos ni fórmulas pero para lograr eso necesitás un convencimiento intelectual: “quiero contar esto de esta forma” y “esto lo hacemos así y así para llegar acá”.