Se derrumbó el consumo de leche: cayó 30% en lo que va del 2024

La industria láctea está en alerta debido a la recesión y la contracción económica, lo que ha provocado un drástico descenso en el consumo de productos lácteos, que podría alcanzar niveles históricos mínimos. Según un análisis del Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA), el consumo anualizado per cápita en el primer semestre fue de 156,3 litros por habitante, en comparación con 194 litros del año anterior, y se anticipa que 2024 finalizará con el menor consumo registrado.

Las leches fluidas mostraron una caída del 23% interanual en junio y un descenso acumulado del 16,2% en el semestre. La leche fluida no refrigerada cayó un 18,5% en el semestre, mientras que la refrigerada disminuyó un 12,2%. Las leches en polvo sufrieron una caída interanual del 33% en junio y un acumulado del 30% en el semestre. Los productos lácteos más afectados son: quesos (-18%), postres y flanes (-53,4%), yogur y leches fermentadas (-21,2%), manteca (-16%), crema (-12%) y dulce de leche (-13,7%).

El consumo de carne también ha alcanzado niveles mínimos en 100 años. La estrategia del gobierno de Javier Milei, que busca una recesión severa para bajar los precios, ha llevado a una disminución en la demanda y la destrucción de miles de empleos. Esto ha cambiado los hábitos de consumo; los trabajadores se ven obligados a renunciar a gustos y necesidades básicas, incluso en el clásico argentino del asado. Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario indica que, este año, el consumo anual per cápita estará por debajo de 45 kilos, inferior al promedio histórico de casi 73 kilos y al registro de 1920 (46,9 kilos).

Argentina sigue siendo uno de los países con mayor consumo per cápita, comparable a Uruguay, y superior a Estados Unidos (38 kg.), Australia (27 kg.) y Chile (26 kg.). Se proyecta que en 2024 cada argentino consumirá 45 kg de carne vacuna, la cifra más baja en 110 años. La tendencia de consumo de carne ha estado decreciendo desde la segunda mitad del siglo pasado debido a la sustitución por otras fuentes de proteína, y se ha visto acentuada por la recesión, que lleva a los consumidores a optar por pollo y cerdo, opciones más económicas. En 2024, el consumo total de carnes (bovina, aviar y porcina) se estima en 105,7 kg. por habitante, un 9% menos que en 2023 y el nivel más bajo desde 2011, evidenciando una disminución en el consumo de proteínas animales. Cada habitante consumirá en 2024 siete kilos menos de carne en comparación al promedio de los últimos diez años (112,8 kg).