Crímen de las Francesas. A más de una década, Jean-Charles Chatard, continúa el derrotero hacia la “verdad”

Hoy nos reunimos con una determinación inquebrantable, unidos por el triste e imperdonable doble asesinato de Cassandre Bouvier y Houria Moumni. Este crimen contra la humanidad es innegablemente una mancha negra que intentan ocultar. En esta ecuación, tenemos a un inocente tras las rejas durante once largos años, mientras que los verdaderos culpables disfrutan de días tranquilos, libres de restricciones. Hombres y mujeres, considerados intocables, viven en paz, sabiendo que están por encima de la ley. Es posible que hayan reincidido desde aquel fatidico 29 de julio de 2011, con la complicidad, del sistema judicial de Salta, una institución corrupta que sistemáticamente ha evitado perseguir a los criminales responsables de estas atrocidades.

En este contexto, Clemente Vera, cuyo expediente carece de pruebas, se ha convertido en el chivo expiatorio ideal, un rehén de las manipulaciones estatales.

Este hombre digno y compasivo, un padre de familia, ha pagado durante años por los crímenes cometidos por los verdaderos culpables del doble homicidio, cuyas consecuencias se extienden mucho más allá de las fronteras de Salta, afectando a los continentes sudamericanos y europeos.

 

¿Cómo es posible que la solicitud de Innocence Project, presentada ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, haya quedado sin respuesta durante seis largos años?

 

 

Señores jueces de la Corte Suprema, seis años de espera son una eternidad para un inocente. Seis años sin respuesta, para cuatro niños de entre dos y doce años que nunca han tenido la oportunidad de tener a su padre en casa, es una injusticia inconmensurable. Nuestra reivindicación es clara: la verdad debe salir a la luz, la justicia debe prevalecer y Clemente Vera debe ser liberado de inmediato, para que se restaure el honor y la humanidad triunfe sobre la oscuridad que se cierne sobre este caso.

Señores jueces, si han emitido un veredicto con mayoría absoluta, lo han firmado y redactado de manera clara y definitiva, como parece ser el caso según nuestras fuentes, entonces es imperativo que tomen acción de inmediato para poner fin a esta atroz injusticia.

Cada día que Clemente Vera pasa entre rejas es un día de más, un día en el que su salud se deteriora, un día en el que su integridad física está en grave peligro. La prisión de Salta no es un lugar de descanso, sino un antro donde la sombra de la muerte acecha sin tregua, lista para arremeter en cualquier momento.

No olvidemos el intento de asesinato que sufrió Daniel Vilte durante el juicio oral en 2014… La urgencia de la situación no puede ser ignorada un segundo más, y les incumbe poner fin a esta flagrante injusticia de inmediato.

Si, como resultado de una decisión unánime, la Corte Suprema de Justicia de la nación finalmente se ha pronunciado a favor de Clemente Vera para poner fin a los fallos manifiestamente injustos emitidos por la provincia de Salta, ya sea que provengan del tribunal de impugnación o de la propia Corte Suprema provincial, es imperativo que la provincia de Salta cumpla rigurosamente con sus obligaciones legales. Es de suma importancia que inicie un segundo juicio, respetando plenamente los principios legales fundamentales, y que otorgue a Clemente Vera la equidad y la justicia a las que indudablemente tiene derecho.

De manera confidencial, fuentes argentinas me han informado que el gobernador Sáenz parece estar buscando evitar a toda costa un segundo proceso explosivo en la justicia de Salta al pronunciarse a favor de una amnistía para Clemente Vera. Esta sombría decisión sumiría la historia de Clemente en una tragedia interminable.

En primer lugar, le permitiría recuperar definitivamente su libertad, pero ¿a qué costo? Esto le privaría del derecho de probar su inocencia, dejándolo “culpable” a los ojos de la justicia de Salta por el resto de su vida. La sombra de la injusticia lo envolvería, arrojándolo a un velo de tragedia que nunca se disiparía. Además, no recibiría ninguna compensación de la provincia por los once años de injusticia que soportó en prisión, prolongando así su precariedad personal.

La infamia se cristaliza cuando se considera que el expediente de instrucción se cerraría definitivamente, sofocando la verdad de manera implacable. Los verdaderos responsables de la injusticia, es decir, los verdaderos autores de estos dos asesinatos, podrían escapar a la luz de la verdad, y el error judicial persistiría para Clemente, dejando su historia incompleta y dando lugar a la impunidad.

Espero que el pueblo de Salta se levante con un solo grito de protesta. No importa tu barrio, tu edad o tu clase social, únete a la reunión popular que estamos organizando con el Proyecto Inocencia. Juntos, denunciaremos la detención injusta de Clemente y exigiremos a los jueces de la CSJ su liberación inmediata. Personalmente firmaré libros, y todas las ganancias de esta única y excepcional venta irán directamente a la familia de Clemente. De esta manera, sus cuatro hijos, su esposa y él mismo podrán tener una Navidad feliz y digna en familia.

No toleraremos la injusticia y lucharemos por la verdad. 

Jean-Charles Chatard