Un documental sobre Ricardo Vilca “para que su música no caiga en el olvido”

La vida y la obra del artista y maestro jujeño Ricardo Vilca se configuran en la ópera prima de Javier García que se estrena en el porteño cine Gaumont y con la que su director se traza un objetivo: “hacer algo para que su música no caiga en el olvido”.

“Me parece que si bien en la película se presenta su obra y hay diferentes voces que la analizan, el impulso vital fue crear un puente hacia la obra de un artista que no puede ser olvidado, que no podemos permitir que sea olvidado”, postula García durante una entrevista con Télam.

El teatrista marplatense que con el documental “Ricardo Vilca: Quebrada, música y silencio” debuta en el lenguaje cinematográfico, subraya que el creador humahuaqueño (1953-2007) “representa como pocos una parte esencial de nosotros: la parte originaria, una faceta que se animó a presentárnosla de una forma distinta en la que el diálogo con otras músicas enriquece el lenguaje y se fusiona de una manera natural”.

Músico, compositor y maestro rural, Vilca creó obras como “Guanuqueando”, “El último tren”, “La danza del keu”, “El canto del tero tero”, “El avioncito”, “Quebrada de sol y de luna” y “Plegarias de sikus y campanas”, por citar solamente algunas.

García, conocido una década atrás por su unipersonal “Pessoa (Saudades)”, sobre el poeta portugués Fernando Pessoa que participó de festivales nacionales e internacionales, encaró un largo y arduo trabajo en torno a Vilca para concretar su debut en el cine. –

“Cuando en el año 2002 me encontré con Ricardo Vilca, el asombro fue instantáneo porque sus temas no eran como el carnavalito, el bailecito, el huayno, y otros ritmos que uno suele asociar a la Quebrada y, sin embargo, eran todo Quebrada. Y sentí la necesidad de mostrar al resto lo que había ‘descubierto’ sobre una obra a la que no se le daba el lugar que merecía porque no respondía a los preceptos del mercado”, confiesa el realizador.