Genocida no pudo acallar a su hija por repudiar delitos de lesa humanidad.

La Justicia Nacional Civil rechazó hoy el pedido de declaración de indignidad contra Analía Kalinec presentado por su padre, Eduardo Kalinec, excomisario condenado por crímenes de lesa humanidad, por la participación de su hija en Historias Desobedientes, el colectivo de hijos de genocidas que repudia el accionar de sus progenitores durante el terrorismo de Estado.

El juez Nacional en lo Civil, Andrés Guillermo Fraga, desestimó la demanda de exclusión de heredero promovida por el represor contra su hija, mientras que consideró que el pedido no incurrió en ninguno de los delitos u ofensas tipificados por ley para ser privada de su derecho de sucesión.

El represor había fundamentado su demanda en la participación de su hija Analía en el colectivo Historias Desobedientes, así como por sus expresiones ante distintos medios de comunicación en lo que repudió el accionar de su padre durante la última dictadura cívico militar.

En el fallo al que pudo acceder Télam, el juez retoma lo expuesto por el fiscal interviniente en la causa, quien entendió que las manifestaciones públicas de Analía “no se dirigieron a mancillar la persona de su progenitor”, sino que se relacionaron “con una parte triste, cruel y sangrienta de nuestra historia reciente”.

“Su sentimiento de justicia la ha conducido a narrar sus vivencias y a volcar su opinión al respecto”, agregó.

En el escrito consta la defensa de Analía, quien sostuvo que repudiar crímenes de lesa humanidad no constituye “un accionar ilegítimo que acarree consecuencias patrimoniales o constituyan causa de indignidad”, sino que más bien “contribuye al derecho a la verdad de las víctimas de la forma legítima que fuere”.

“Este fallo es muy importante porque sienta un precedente para que otros hijos de genocidas puedan sentirse libres de repudiar los crímenes perpetrados por sus padres y no se sientan obligados a responder al ‘deber de lealtad y obediencia'”, expresó Analía en diálogo con Télam.

También destacó la importancia de que “la justicia civil no avale ni convalide esta idea de ‘castigar materialmente’ a la hija de un represor por pensar diferente, porque lo que subyace detrás de la demanda interpuesta por mi padre es eso, castigarnos por no pensar como ellos esperan que pensemos”.

Kalinec fue condenado a prisión perpetua por los delitos de privación ilegítima de la libertad, tormentos y homicidio cometidos en los centros clandestinos de detención de Atlético, Banco y Olimpo instalados por la última dictadura cívico militar en la ciudad de Buenos Aires.