Vaticano: Francisco toma distancia del documento que prohibió bendecir las uniones de personas gays.
El pontífice dejó entrever este martes su disconformidad con el escrito publicado el lunes de la semana pasada por la Congregación para la Doctrina de la Fe que prohíbe bendecir a las uniones civiles de personas del mismo sexo y las califica de “ilícitas”, y que despertó fuertes reacciones de sectores progresista de la Iglesia que ven una contraposición del escrito con la histórica postura aperturista de Jorge Bergoglio.
“El anuncio del Evangelio en una sociedad que cambia rápidamente requiere la valentía de escuchar la realidad, para educar las conciencias a pensar de manera diferente, en discontinuidad con el pasado´”, sostuvo el Papa en un mensaje por el 150 aniversario de la proclamación como Doctor de la Iglesia del italiano Alfonso María de Ligorio.
Según altos funcionarios de la Santa Sede consultados por Télam, Francisco, sin mencionar directamente al controvertido documento publicado la semana pasada, buscó reforzar de forma “oblicua” su apoyo al acompañamiento y cercanía a las uniones civiles de personas del mismo sexo.
En ese marco, las personas consultadas recordaron que la línea histórica de Bergoglio es de apertura hacia las uniones civiles y plantearon la distinción que el propio Papa hizo en más de una oportunidad entre las uniones civiles y las sacramentales, como el matrimonio.
“Invito a los teólogos morales, a los misioneros y a los confesores a entrar en una relación viva con los miembros del pueblo de Dios, y a mirar la vida desde su perspectiva, para comprender las dificultades reales que encuentran y ayudar a curar sus heridas”, exhortó Francisco en otro pasaje del documento.
En el mensaje de este martes, el Papa sostuvo además que “la teología moral no puede reflexionar sólo sobre la formulación de principios, de normas, sino que necesita hacerse cargo propositivamente de la realidad que supera cualquier idea”.
“Esto es prioritario porque el conocimiento de los principios teóricos por sí solo, como nos recuerda el mismo San Alfonso, no es suficiente para acompañar y apoyar las conciencias en el discernimiento del bien que hay que hacer”, profundizó Bergoglio, en lo que fue leído por fuentes del Vaticano como una toma de distancia clara del controversial documento.
Y continuó el pontífice: “Es necesario que el conocimiento se haga práctico a través de la escucha y la acogida de los más pequeños, los frágiles y los considerados por la sociedad como descartado”.
De acuerdo al documento publicado la semana pasada por la Congregación de la Doctrina de la Fe, no es lícito que los sacerdotes bendigan a las parejas del mismo sexo que pidan algún tipo de reconocimiento religioso de su unión.
Por eso, el último domingo, durante el rezo dominical del Ángelus, el Papa ya dedicó palabras que fuentes vaticanas calificaron como de “rechazo elíptico” al documento de Doctrina de la Fe e invitó a “sembrar semillas de amor, no con condenas teóricas, sino con gestos de amor”, evitando “las pretensiones de legalismo o moralismo clericales”.
El año pasado, el film “Francesco”, del director Evgeny Afineevsky, incluyó declaraciones de Francisco en las que se pronunciaba a favor de proporcionar a las parejas homosexuales protección legal, pero siempre haciendo referencia a la esfera civil, en concordancia con la postura que asumió el mismo Bergoglio durante el debate de la ley de matrimonio igualitario en la Argentina.
Bergoglio, entonces arzobispo porteño, apoyó la provisión de protecciones legales para los homosexuales en uniones estables a través de la llamada “ley de convivencia civil”.
“Las personas homosexuales tienen derecho a estar en una familia. Son hijos de Dios”, dijo en esa oportunidad.
En el escrito del lunes 15, presentado como un “responsum” para disover la duda sobre qué hacer frente a las parejas gays, la Congregación para la Doctrina de la Fe precisó que su respuesta no excluye “que se impartan bendiciones a las personas individuales con inclinaciones homosexuales, que manifiesten la voluntad de vivir en fidelidad a los designios revelados por Dios”.
No obstante, el mismo documento declara ilícita “toda forma de bendición que tienda a reconocer sus uniones”.