La Defensoría de la Niñez sigue acéfala y crece la preocupación por la demora en designar a su nueva conducción
Desde mayo de 2025, la Defensoría de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Nación atraviesa un período de acefalía inédito. Tras la destitución de Marisa Graham —primera titular del organismo desde su creación en 2005—, el puesto principal permanece vacante y genera inquietud entre organizaciones sociales y especialistas en derechos de la infancia.
Aunque el mandato de Graham había vencido en febrero, una resolución administrativa le había permitido continuar en funciones para no interrumpir las más de 400 causas activas en las que intervenía la Defensoría. Sin embargo, el 25 de junio la Comisión Bicameral del Congreso Nacional encargada de supervisar el organismo resolvió su remoción por mayoría simple.
En su lugar, el 3 de julio se designó de manera interina a Sebastián Andrés Medina, con competencias únicamente administrativas y transitorias. Según pudo saber Tribuna de Periodistas, su rol se mantendrá hasta que concluya el concurso público previsto en la Ley 26.061, proceso que ya está en marcha.
El concurso en marcha
La diputada nacional Natalia Sarapura, presidenta de la Comisión Bicameral, detalló que el 19 de junio se abrió la convocatoria al Concurso Público de Antecedentes y Oposición, que recibió 224 postulaciones hasta el 3 de julio.
El 1º de agosto se realizó la primera prueba escrita con 147 participantes de distintas provincias, de los cuales 73 aprobaron y pasaron a la etapa de audiencias públicas. Esa instancia se desarrollará entre el 28 de agosto y el 1º de septiembre. Luego, la comisión elevará una terna final al Congreso antes del 22 de ese mes, para que la designación concluya en la primera semana de octubre.
En las audiencias preliminares, más de 65 organizaciones sociales, universidades y defensores provinciales aportaron sus perspectivas. Todas coincidieron en que el próximo titular de la Defensoría debe estar en contacto real con las problemáticas de los territorios y responder a las demandas concretas de niños, niñas y adolescentes.
Riesgos de la interinidad
La incertidumbre sobre la conducción preocupa a organizaciones de la sociedad civil. Dana Borzese, directora de la Asociación Civil Doncel e integrante de Infancia en Deuda, advirtió que “mantener una gestión interina debilita la independencia del organismo, reduce su capacidad de planificación a largo plazo y retrasa decisiones clave para proteger derechos”.
Según Borzese, la falta de un titular pleno repercute directamente en la vida cotidiana de miles de chicos y chicas: “Cada día que pasa significa causas judiciales sin impulso, supervisiones postergadas y políticas públicas sin control. La Defensoría interviene en casos que van desde violencia institucional hasta acceso a educación, salud y alimentación. Sin conducción legítima, los niños quedan más expuestos a la vulneración de sus derechos”.
El perfil buscado
Para especialistas y organizaciones, el próximo defensor o defensora deberá tener trayectoria comprobada en la defensa de derechos de la infancia, liderazgo en escenarios complejos y profundo conocimiento del marco normativo nacional e internacional. A la vez, se resalta la importancia de mantener una escucha activa hacia los propios niños y adolescentes.
“La participación de la sociedad civil en este proceso es clave para garantizar transparencia y asegurar que el perfil elegido no solo cumpla requisitos técnicos, sino que también comprenda las problemáticas reales de los territorios”, concluyó Borzese.

Editora de Sociedad de Tribuna de Periodistas