Internacionales. La ocupación de Gaza: otra perturbadora decisión de Benjamín Netanyahu.
Las repercusiones por la decisión israelí, adoptada el jueves por el primer ministro Benjamin Netanyahu, no se hicieron esperar: Alemania detuvo las exportaciones de material militar que podría ser utilizado en Gaza.
Durante un reportaje con la cadena estadounidense Fox News, el premier señaló que Israel buscar crear un perímetro de seguridad en torno a Gaza, pero no gobernar ni anexionar dicho territorio.
De todos modos, Gaza permanece en un 87% militarizada, o bajo zonas de evacuación, según informes de la ONU citados por la BBC. La ofensiva se inició luego de que el grupo islámico palestino matara a 1.200 personas y secuestrara a otras 251 en el sur israelí, el 7 de octubre de 2023. Se cree que un total de 50 rehenes se encuentran aún en poder de Hamas, de los cuales solo 20 permanecen con vida.
No hay duda de que es una jugada peligrosa la que intenta ahora Israel, debido al desgaste que ya sufren sus tropas tras casi dos años de lucha, mientras la mayoría de los israelíes comienzan a pronunciarse mayoritariamente en contra de la guerra, según las encuestas.
Se cree que la decisión de Netanyahu responde a las presiones de los partidos religiosos y de ultraderecha que integran la coalición liderada por el partido Likud, entre ellos Otzma Yehudit, del ministro de Seguridad, Itamar Ben Guir, con el fin de destruir al grupo islámico que, a pesar de sus enormes pérdidas, sigue resistiendo a los israelíes.
El primer ministro israelí, de 75 años, que es juzgado desde 2020 en Israel por fraude, soborno y abuso de confianza, necesita del apoyo de dichas agrupaciones para mantenerse en el poder, según analistas israelíes. También enfrenta una orden de arresto de la Corte Penal Internacional (CPI), junto al ex ministro de Defensa, Yoav Gallant, por supuestos crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos en la guerra con Hamas.
“La decisión de Israel de ocupar todo el territorio será fatídica, causando el fallecimiento de decenas de soldados y la muerte de los 20 rehenes presuntamente vivos, así como la desaparición de todos los cuerpos que no fueron entregados”, dijo el analista Arie Kacowicz.
En declaraciones a la agencia Nuevas Palabras, el profesor del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Hebrea de Jerusalén señaló que los efectos de la ocupación “se sentirán en la población civil, agravando la enorme crisis humanitaria y la hambruna”.
“Yo espero que esto sea una maniobra de «brinkmanship» (política arriesgada) de traer a Hamas de retorno a la mesa de negociaciones, pero lamentablemente el grupo islámico es cínico respecto a su población”, opinó.
El experto en Medio Oriente afirmó que “al parecer el actual gobierno de Israel no se hace responsable por la suerte de los rehenes” y señaló que “esto explica porque la cúpula militar está en contra de una ocupación total” de Gaza”.
Kacowicz dijo que “alrededor de un 75% de israelíes, según las encuestas publicadas en la prensa, quieren que esta guerra termine ya”.
Para el jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el teniente general Eyal Zamir, la conquista final de Gaza no producirá resultados inmediatos y pondrá en riesgo la liberación de los rehenes.
A fines de julio, el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, del Partido Sionista Religioso de extrema derecha, que integra la coalición del gobierno, había dicho que Gaza se convertirá en una “parte inseparable del Estado de Israel”.
Durante el gobierno del fallecido Ariel Sharon, las tropas israelíes se retiraron de Gaza a fines de septiembre de 2005.
Pero el plan del primer ministro desató una gran controversia en Israel, luego que Hamas ganará las elecciones parlamentarias en 2006 al derrotar al gobernante partido Fatah y tomará el control de ese territorio.
Para Amnistía Internacional, con sede en Londres, Israel está cometiendo un genocidio en Gaza, mientras que para la estadounidense Human Right Watch el gobierno de Netanyahu comete “exterminio y actos de genocidio, privando deliberadamente del agua a los palestinos”.
Por su parte, la relatora especial de la ONU para los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese, dijo que en Gaza se está cometiendo un “genocidio”. Se estima que un total de 61.100 palestinos murieron en el enclave palestino, según informes del Ministerio de Salud, controlado por Hamas, que no distingue entre civiles y combatientes.
De todos modos, se necesitan muchos años para probar un delito de este tipo, tal como ocurrió en Ruanda, entre el 7 de abril y el 15 de julio de 1994, donde fueron asesinados más de un millón de tutsis, o en la matanza de Srebrenica en julio de 1995, también llamado genocidio de Srebrenica, cuando resultaron masacradas unas 8000 personas de la etnia bosnia-musulmana en la ex Yugoslavia.

Agencia Nuevas Palabras