Javier Milei deberá apadrinar al séptimo hijo varón de una familia de Santa Cruz

Por primera vez desde que asumió la presidencia, Javier Milei será padrino de un séptimo hijo varón, Noah Portillo, quien nació el 10 de septiembre en el Hospital Regional de Río Gallegos. La madre, Mirta Portill, es de Misiones y se trasladó a Santa Cruz hace 20 años para mejorar la salud respiratoria de su primer hijo, Adam, que ahora tiene 18 años.

Adam nació en Misiones, mientras que sus hermanos Iván, de 16 años; Tiago, de 12; Aaron, de 10; Ezel, de 8; y David, de 2, son patagónicos. Noah pesó 2,840 kilogramos y midió 47 centímetros. En la presentación oficial del bebé estuvieron su madre, el jefe de Gabinete de Santa Cruz, Daniel Álvarez, y la ministra Secretaria General, Cecilia Borselli, quienes ofrecieron su apoyo a la familia.

Los médicos informaron a Portill que, según la ley de Padrinazgo Presidencial, puede solicitar que el presidente sea el padrino de su hijo, y los trámites ya han comenzado. “Me dijeron que están contactando al Presidente, así que podría ser el ahijado”, comentó Mirta, de 41 años, a una radio local.

Riendo, agregó: “No esperábamos tener todos varones. Buscamos una hermanita para ellos, pero ya acepté que no estoy destinada a tener una niña”. Si Milei acepta ser padrino, deberá viajar a Santa Cruz para el bautismo.

Desde 1983, los presidentes rara vez asisten a los bautismos de sus ahijados, aunque hubo excepciones, como el caso de Mateo Cagliari, apadrinado por Carlos Menem en 1996. La ley 20.843 de “Padrinazgo Presidencial” establece una beca para los estudios del ahijado hasta la universidad, garantizando la educación gratuita en instituciones públicas.

La ley también instruye al Ejecutivo a asignar fondos para las becas, que se entregarán mensualmente y cubrirán costos de alojamiento y alimentación. Además, se otorgará una medalla de oro conmemorativa. El presidente puede designar a un funcionario para representar su presencia en el bautismo, y los padres pueden proponer a alguien más para la representación, sin perder los beneficios del Padrinazgo.