Internacionales. México, el Zumbido del Moscardón.

Por Francisco Alejandro Leyva Aguilar.
Leo a Yuval Noah Harari en sus “21 lecciones para el siglo XXI”, editado por Debate que en su capítulo 09, en la página 161, habla de la inmigración misma que la aborda desde varias perspectivas, desde la histórica hasta la ficción y me llama la atención que el escritor israelí sugiere que las diferencias entre los países que permiten o no abrir sus fronteras, es un asunto más bien cultural.
Principalmente aborda el asunto de la inmigración hacia Europa de países de oriente próximo y de África, pero sugiere que este fenómeno está marcado por la capacidad de Europa de reconocerse completa -con la excepción de la Gran Bretaña después del desastroso Breixt- como una gran nación globalizada.
Desde la premisa de que vivimos en un mundo global y que las fronteras no tienen nada que ver con la calidad humana, es decir que negros, apiñonados, amarillos, rubios, etcétera, somos iguales y que tampoco importa que seamos musulmanes, hindúes, católicos, cristianos o de cualquier religión, las fronteras no debieran existir porque a todos los países, pobres o ricos nos afectan las mismas cosas como una amenaza nuclear, el calentamiento global y el avance de la inteligencia artificial (IA).
Sin embargo el asunto cultural siempre está presente cuando de migración se trata. Es decir, personas que no pertenecen a nuestra nacionalidad -que implica ciertas costumbres, tradiciones, creencias y demás condiciones sociales y políticas- no pueden ser aceptadas por una nación diferente y menos si el migrante no respeta ese orden establecido.
Además a nivel masivo, pueden darse fenómenos como la aculturación. Hasta en la biblia lo manifiesta la llegada de José, el penúltimo hijo de Israel al Cairo, que propició la inundación de judíos en la tierra de Cleopatra y después fueron expulsado por la cantidad tan grande que había (Éxodo de Moisés).
El escritor Israelí sostiene -y coincido- que “Si Europa admite la llegada de demasiados inmigrantes de oriente próximo, terminará pareciendo oriente próximo”, así que la inmigración en masa, incluso puede cambiar la cultura del territorio a donde llegan los inmigrantes, por eso el fenómeno debe tener un proceso que el autor llama “pacto con tres condiciones”.
El país anfitrión permite la entrada de inmigrantes a su territorio.
A cambio, los inmigrantes deben adoptar al menos las normas y los valores fundamentales del país anfitrión, aunque ello implique abandonar algunas de sus normas y valores tradicionales.
Si los inmigrantes se asimilan hasta cierto grado, con el tiempo se convierten en miembros iguales y completos del país anfitrión “ellos” se transforman en “nosotros”.
En la inmigración masiva, no da tiempo de que se cumplan esas tres condiciones. Aquí en México viven inmigrantes que llegaron hace años y que son parte ya de nuestra sociedad, españoles obre todo, pero los hay de todas nacionalidades, no obstante y a partir el sexenio de López Obrador (por cierto los ancestros de doña Manuela mamá del peje, eran inmigrantes españoles), la inmigración se ha tornado no en un fenómeno social, sino en una crisis humanitaria.
Al cerrar la frontera norte, los Estados Unidos han hecho un dique que deja del lado mexicano a inmigrantes que quieren llegar del otro lado del río Bravo pero que no serán deportados a sus países de origen. Venezolanos, Nicaragüenses, Haitianos, Salvadoreños, Cubanos, Hondureños y demás inmigrantes, no van a regresar a sus países porque están huyendo de las calamidades y de las condiciones inhumanas donde viven, de regímenes tiránicos y autoritarios donde no tienen oportunidades, si no ¿por qué salen de sus países incluso caminando para llegar a la frontera norte?.
Valdría la pena preguntarse ¿por qué el gobierno de López decidió abrir la frontera sur para aceptar el paso de cientos de miles de migrantes?, ¿acaso no conocía la política migratoria de Estados Unidos?, ¿qué va a hacer con tantos migrantes en México?, ¿qué ya hizo, es decir a cuántos ya nacionalizó con papeles y credenciales para votar?, ¿a cuántos de ellos ya utilizó?
Muchos inmigrantes de oriente próximo en Europa, harán que ésta parezca oriente próximo, ¿a qué se va a parecer México en unos años?.
@leyvaguilar
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