Un Podcast rescata la memoria de Felipe Burgos y la Federación Campesina
Felipe Burgos nació el 11 de abril de 1935 en un hogar campesino de la finca El Manzano, al oeste de Rosario de Lerma.
El padre fue arriero y la madre estuvo al cuidado de 10 hijos. Felipe padeció todas las vicisitudes de las estrecheces económicas, situación que lo impulsó a trabajar desde niño en la venta de pan y empanadas. Más tarde se dedicó al trabajo rural.
Cursó sus estudios secundarios en una escuela técnica de la ciudad de Salta y ejerció como maestro rural en Catúa, paraje ubicado en la Cordillera de Los Andes.
Su trayectoria política y social fue influenciada por la fe cristiana, vinculada al Concilio Vaticano II y I, en el que se priorizaba el fuerte compromiso de la Iglesia con los más pobres y humildes en el proceso de liberación.
En 1965 viajó a Chile para estudiar en el Instituto de Educación Rural de Santiago. A su regreso militó en la Federación Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (FATRE). En 1969 creó la Federación Única de Sindicatos de Trabajadores Campesinos y Afines (FUSTCA).
El 25 de mayo de 1973 fue designado por el gobernador Miguel Ragone en la Dirección General de Promoción y Asistencia a la Comunidad del Ministerio de Bienestar Social, hasta febrero de 1974, cuando la Provincia fue intervenida.
A partir de ese hecho se inició una serie de allanamientos a su domicilio, persecuciones y detenciones.
El 13 de enero de 1975 fue detenido por policías federales. Más adelante, el 6 de febrero de 1976, a la 1:45 de la madrugada, un grupo de civiles armados en dos Ford Falcon sin identificación, secuestró a Felipe, “El Andariego”, en su domicilio de Campo Quijano. Su cuerpo apareció con signos de tortura, maniatado a un árbol y dinamitado, en el paraje El Gallinato.
“En el marco de fortalecer la construcción de estrategias desde una pedagogía de la memoria, se finalizó el contenido con objetivos firmes de consolidar espacios de reflexión y diálogo sobre los procesos locales durante el terrorismo de Estado y acompañar la construcción de ciudadanías comprometidas con la no repetición de los crímenes de lesa humanidad”, expresó Alba Fernández, directora del Archivo Provincial de la Memoria.