Selva Alemán: “No conocí a mi padre biológico, pero Oscar Alemán fue un gran papá”

“No conocí a mi padre biológico. Mis padres se separaron cuando yo era muy niña, muy chiquita, y no volví a verlo nunca más. Mi madre formó pareja con Oscar Alemán y él fue un gran papá para mi hermana y para mí. Hasta los 10 años creí que era mi verdadero padre. Hasta esa edad no fui al colegio y aprendía con profesores particulares para que no me diese cuenta que mi apellido era otro. Cuando mi madre se separa de Oscar, ahí me enteré que él no era mi padre y que mi padre biológico había muerto cuando yo tenía 9 años. Fue un doble duelo, pero Oscar siguió cumpliendo su función de padre, siempre fue amoroso conmigo”, aseguró Selva.

Continuando con su infancia, la actriz recordó sobre su padre biológico: “Con el tiempo me enteré algo de lo había pasado. Mi padre estaba enfermo y no quería que yo lo viese así. Me contaron que se escondía para verme de lejos, durante años. Yo no conocía su rostro, después pude conocerlo por fotos y conocer un poco su historia. Fue actor de radioteatro”.

Creció entre camarines, es una de las actrices dramáticas por excelencia de nuestro país, trabajó en incontables obras de teatro, series, telenovelas, unitarios y películas. Pero, más allá de ganar infinidad de premios y reconocimientos relató que, en sus comienzos, fue expulsada del Conservatorio Nacional de Arte Escénico: “A los 14 años sabía que quería ser actriz. Desde brazos mi mamá me llevaba a todos lados y me aprendía las obras de memoria. Convencí a mi madre que no quería seguir en el colegio y me anoté en el Conservatorio Nacional de Arte Escénico. El problema que no aceptaban personas tan chicas. Mentí la edad, mentí los estudios que había completado, rendí un muy buen examen y entré. Me pedían los papeles y siempre tenía un pretexto. Cuando tuve que empezar el segundo año, si o si tenía que entregar todo. Se enteraron y terminé expulsada jajaja. No luché por quedarme porque, en aquel tiempo, si estudiabas en el Conservatorio no podías trabajar de actriz. Yo ya había comenzado a trabajar y en mi casa se necesitaba mi ayuda”.

Alemán recordó que, cuando tenía aproximadamente 15 años y estudiaba en el Conservatorio de Arte Escénico, la convocaron para un pequeño papel en un programa de Silvia Legrand y ahí “adoptó” el apellido por el que se hizo conocida toda su carrera y jamás paró de trabajar. En ese momento ya hacía años que Oscar Alemán estaba en la vida de Selva: “En esa época se usaba mucho cambiarse el nombre y apellido, no sé por qué era casi una exigencia. Selva es mi verdadero nombre y Alemán, lo adopté como mío por la Oscar Alemán, que fue muy importante en mi vida. Fue mi imagen paterna, mi padre. El me enseñaba a comer, a utilizar el tenedor y el cuchillo, teniendo yo cuatro añitos. Fue una persona muy sensible y muy cariñosa. Todos los días armábamos un cuento y una historia distinta. A él le encantaba, en algún momento del día, ponerse a tocar la guitarra y que nosotras cantáramos y bailáramos, porque éramos muy chiquitas con mi hermana. Fue una infancia muy genial y, realmente, él era muy amoroso con nosotras. Nos llevaba a pasear por todos lados a mi hermana y a mí, al zoológico, al Botánico, al Museo. Incluso quiso adoptarme legalmente y darme su apellido. Siempre lo recuerdo con mucho cariño”, rememoró.

Selva ganó su primer Martín Fierro en 1963 como revelación por su trabajo en “Tiempo de Amor”, de Alberto Migré.  En su haber posee varios Martín Fierro, premio María Guerrero, Florencio Sánchez y hasta el ACE de oro y el premio Konex de Platino como mejor actriz de televisión de la década. El Senado de la Nación y la Asociación Argentina de Actores reconocieron su trayectoria.

Actualmente Selva Alemán está preparando una obra para estrenar en el Teatro General San Martín “Un largo viaje de un día hacía la noche” junto a Arturo Puig y está felizmente nominada como Mejor Actriz a los premios Martín Fierro 2023 por su actuación en Dos20 por la Tv Pública.