Doce murales muestran el horror del bombardeo de 1955 sobre Ensenada

Y en ese recorrido por sus prolijas calles, donde niñas y niños se hamacan y juegan al fútbol en plazas que llevan el nombre de la Madre de Plaza de Mayo Azucena Villaflor o de Julio López, el sobreviviente de la dictadura dos veces desaparecido, nos encontramos, sobre la calle Guggino, en el barrio Campamento, con el Museo a Cielo Abierto instalado sobre el largo muro perimetral del Puerto que, con 12 murales da testimonio de lo ocurrido en ese barrio durante el golpe de Estado de septiembre de 1955, para que esa memoria impida su repetición y sirva como recuerdo y homenaje a la resistencia peronista.
«Un museo a cielo abierto es un museo de arte al aire libre, en el espacio público y que tiene como concepto artístico el arte mural», explica a Télam Esteban Bravo, el director de Cultura de la Municipalidad de Ensenada mientras acompaña el recorrido por el particular museo.
Cuenta que la idea de hacer un museo de ese tipo en la ciudad fue de Alejandro «Mono» González, el muralista chileno conocido por sus temáticas sociales, quien de visita por Ensenada y mientras realizaba murales en dos escuelas trajo la propuesta a Melina Slobodian, muralista ensenadense e integrante del área de Cultura.
